El restaurante de Carlos Bruce tiene más de un año en la Costa Verde. Luego de comenzar con un pequeño local llamado Chala, ubicado en la bajada de baños en Barranco, el espacio evolucionó y pasó a ser La Trastienda, siempre con los sabores criollos que tanto lo caracterizan. Hoy se muda a la Costa Verde con un imponente recinto de dos pisos y una hermosa vista al mar. Con capacidad para doscientas personas, zona de lounge y dos grandes barras donde se pueden disfrutar un sinfín de maravillosos cocteles, La Trastienda lanza de la mano de su chef Víctor Flores opciones para aplacar el frío invernal que nos está azotando.
Platos tradicionales
Mantienen el sabor pero con puntos modernos que ahora miran al mar, como la parrilla de mariscos con langostinos jumbo, calamares, pulpo, conchas de abanico y camarones. O las croquetas de cangrejo acompañadas de sour cream, crema de camarones y pacchoy al wok. Hay anticuchos marinos y criollos, rolls, entre otros.Sopas
Están a la orden del día. No pueden dejar de probar la parihuela punta veleros, que incluye congrio, vongoles y calamares. El sancochado es otra excelente opción. Preparado con punta de pecho y asado de tira, más sus guarniciones y salsas picantes, fácilmente conquista el paladar más exigente.Para los amantes del chupe, el de langostinos se sirve con huevo escalfado, queso paria a la parrilla y pan de campo. Cerramos con un menestroni ítalo-peruano, también cocinado con punta de pecho, pesto de la casa y legumbres del huerto.
Pastas
Creadas para quienes buscan un plato contundente, calientito y lleno de sabor. El linguini del muelle, hecho con salsa picante estilo mediterránea, vongoles y conchas de abanico, cumple todas las expectativas. Los papardelle La Trastienda, elaborado con canilla braseada y pasta al dente a la crema también son exquisitos. Al igual que el fideua costa dusión, que son capellini con congrio gratinado y langostinos con salsa de parihuela y alioli.Cerramos con un fettuccine mediterráneo preparado con corvina, conchas de abanico y langostinos, además de una sabrosa salsa de ajo y perejil.
Los postres
Merecen una especial mención, sobre todo el dulce de oro, basado en la receta clásica rellena de mermelada de albaricoque, bizcochuelo y manjar de la casa. Lo acompaña helado de vainilla artesanal.La ponderación de convento es servido con salsa de manjar, frutos rojos y helado. Simplemente exquisito.