El restaurante colombiano Leo de la chef Leonor Espinosa, retorna luego de la dura pandemia en un nuevo espacio, donde ella y su hija, la directora de bebidas del restaurante, Laura Hernández Espinosa, han sabido reflejar todo su talento y trabajo. Ubicado en el distrito gastronómico de Chapinero, en Bogotá, la primera planta alberga el restaurante Leo, con una hermosa e imponente cocina abierta y una gran obra de Noemí Pérez, donde dos árboles se entrelazan adornando el centro del salón. En la segunda planta se encuentra La Sala de Laura, donde la coctelería, con o sin alcohol, es la estrella y los fermentos étnicos y destilados propios exaltan la biodiversidad de Territorio, la propuesta de Hernández. Ambas se ciñen al “Ciclo-Bioma”, filosofía donde la gastronomía sirve como herramienta para el desarrollo social y económico de las comunidades indígenas y afrocolombianas; y utilizan muchos ingredientes en común, pero el empleo de los sabores en cada espacio es distinto. Es importante mencionar como madre e hija, y también socias, trabajan juntas en un mismo lugar de manera natural, y cómo eso se ve reflejado hoy en la propuesta de cada una sin importar la sala en la que uno esté.
sabores. Ranqueada en el número 46 en la pasada Lista a los Mejores Restaurantes del Mundo 2021 y ganadora del Basque World Prize 2017 por su trabajo para la fundación FunLEO, Leonor Espinosa deleita desde hace muchos años con su cocina y este último menú no es una excepción. En esta oportunidad hicimos el Menú Degustación de Leo, acompañado de un maridaje con opciones con y sin alcohol elaborado por Laura. Son 13 tiempos que comienzan con tres aperitivos servidos en tres tiempos, 9 tiempos donde se incluyen los postres, y cerramos la experiencia con Territorio Café y Cacao. Cada uno de estos platos es una experiencia única e invitan a recorrer distintas zonas de Colombia: el mar, el rio, la llanura, la selva amazónica. Materias primas a las que Espinosa aplica técnicas ancestrales desde un encuadre contemporáneo.Leo menciona que en esta oportunidad las salsas están muy presentes en su cocina, y se sienten en sus platos de una manera delicada y elegante pero con mucha técnica, como en la lengua de paiche o en el pato. Cada detalle del menú es explicado con cariño por el personal de sala altamente calificado: mejillón, coco viche, sal de Galerazamba, pez de río Pirarucú, que acá se conoce como paiche, hormigas santanderinas de gran tamaño del bosque montano, palma de melocotón o larva de mojojoy son algunos de ellos. El recorrido lo acompañan las bebidas de Laura cuidadosamente seleccionadas. Vinos blancos y tintos, cócteles y destilados son algunas de las opciones esta tarde.
Visitar el restaurante Leo es hacer un viaje por Colombia, en cada bocado de principio a fin. El maridaje hecho por Laura se une de manera perfecta y natural a esta experiencia. Sin duda alguna es una visita obligada si están por Bogotá. Recuerden separar dos días y visiten la Sala de Laura, no se van a arrepentir.