No importa en qué parte del mundo uno acabe, siempre va a extrañar la cocina de su país. Esa que lo transporta a casa, a los recuerdos de infancia, a la cocina de la mamá o la abuela. Encontrar un restaurante alemán que rinde homenaje a las tradiciones gastronómicas alemanas en pleno Bangkok puede sonar extraño, pero para los gemelos Mathias y Thomas Sühring, escarbar en sus memorias y origen; y plantear recuerdos en la mesa, agregando carácter propio y mucha técnica, se ha vuelto algo natural y orgánico.

El amor por la gastronomía de estos hermanos comenzó cuando visitaban la granja de sus abuelos en las vacaciones familiares. Fue allí donde aprendieron las técnicas culinarias de la vieja escuela alemana: encurtidos, fermentación, secado y curado. Años más tarde, ambos salieron de Berlín y tomaron caminos separados: Thomas perfeccionó sus habilidades en Roma, llenando sus platillos de esa delicadeza que caracteriza la cocina italiana, mientras Mathias exploraba los paisajes culinarios de los Países Bajos.

La experiencia de ambos hermanos los llevó a Bangkok a manejar inicialmente el restaurante Mezzaluna, en el hotel Lebua. Ocho años más tarde, se abrieron camino, dejaron de lado la cocina de los hoteles y pusieron juntos un restaurante donde unieron sus talentos, transformando su herencia culinaria y volviéndola una narrativa de viaje.

Sühring, es un pequeño y elegante oasis lleno de vegetación ubicado en una zona residencial de la ciudad, lo que proporciona un necesario respiro en la jungla de asfalto y tráfico que es Bangkok. En este hermoso espacio, los gemelos elevan las recetas tradicionales alemanas heredadas de su madre y abuela, y las combinan con la vitalidad y sabor de los ingredientes locales.

Al entrar, la luz y el ambiente acogedor del lugar te envuelven. El diseño nórdico se funde con los altos ventanales por donde se ve el verde de los frondosos jardines. La bulla de las calles se pierde y comenzamos una experiencia íntima pero cuidadosamente orquestada. No hay que olvidar que nos encontramos en un restaurante dos estrellas Michelin.

Para comenzar se sirve un vino espumoso alemán: Griesel Grande Cuvée 2018, donde se combinan tres de las variedades de uva más clásicas de Champagne. Este es un restaurante donde sólo se puede optar por menú degustación, aunque hay una opción de agregar a la experiencia los platos icónicos del restaurante. El primer snack que llega a la mesa se llama Obatza. Es una típica salsa de queso que se prepara en Baviera, y que en este caso ha sido reinventada. La sirven en una masa crujiente con forma de pretzel y se espolvorea con pimentón dulce. Lo acompaña una mini jarra de cerveza y el plato hace referencias al Oktoberfest, donde esta dupla es un clásico. Con este bocado se brinda de la manera alemana y comienza oficialmente esta experiencia.

En Sühring cada bocado llega a la mesa acompañado de una pequeña historia, un recuerdo de infancia, alguna tradición. Todo recreado con una precisión extrema y un toque de diversión, como si dos niños estuvieran contando una historia familiar.

Seguimos con su elegante versión del Brathering, un plato alemán que consiste en un arenque frito marinado, y que ellos presentan en un impecable bocado donde se combinan elegantemente el arenque, la mostaza y los pickles. Tan singular como el plato de guisantes que se eleva a un máximo nivel de calidad y textura, servidos sobre una tartaleta crujiente con champiñones y flor de sauco. No menos sugerente fue el Labskaus, otro platillo típico y rústico que es transformado de forma impecable. Una receta que en su versión tradicional despierta entusiasmo entre los locales: carne en conserva, remolacha y en este caso, las notas salinas del caviar.

Continuamos con un divertido tentempié llamado Enleta, que me trajo recuerdos de mis días en el colegio alemán. Una recreación de las galletas ¨Hanuta¨ que se vendían en el colegio y muchos niños traían entusiasmados de Alemania. En Sühring se rellenan de foie gras de pato, avellanas y albaricoque. Maravilloso bocado que llegó acompañado de una copa de vinagre añejo Pfalz.

Así fuimos experimentando una historia. Un viaje donde cada plato habla de herencia e innovación, una celebración de las raíces alemanas reinventadas. Desde los tres tipos de panes artesanales, elaborados en casa y servidos con mantequilla. Hasta la trucha escalfada en mantequilla o el Spätzle con trufa negra australiana que en manos de los hermanos Sühring se convirtió en una auténtica obra maestra. Pasta hecha en casa, queso Allgäuer y cebolla crujiente.

Si bien es un restaurante dos estrellas Michelin, estamos seguros que es cuestión de tiempo para que llegue la tercera, la experiencia lo amerita en todos los sentidos. Excelente calidad de insumos, muchos de los cuales traen directo desde Alemania porque no llegan a Tailandia, que se transforman en platos, no sólo elegantes y muy bien ejecutados, sino también en bocados sabrosos y bien balanceados. Mención especial a la calidad del maridaje. No importa si eran vinos alemanes, franceses o italianos, cada paso estuvo a la altura del plato que acompañaba. Resulta reconfortante ver como los hermanos Sühring mantienen su esencia en la cocina sin importar la distancia.

Sühring

10 Soi Yen Akt 3, Chong Ninsi, Yan Nawa, Bangkok - Tailandia

+66 2 107 2777

  • El amor por la gastronomía de estos hermanos comenzó cuando visitaban la granja de sus abuelos en las vacaciones familiares.
  • “Si bien es un restaurante dos estrellas Michelin, estamos seguros que es cuestión de tiempo para que llegue la tercera”

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