No dudamos de la capacidad profesional de la canciller Ana Cecilia Gervasi, por algo llegó a la categoría de embajadora del Servicio Diplomático de la República, sin embargo, tras el papelón internacional de la fallida “reunión bilateral” entre la presidenta Dina Boluarte y su homólogo de Estados Unidos, Joe Biden, la señora hizo los méritos necesarios como para dejar el cargo antes de ser censurada por el Congreso

Precisamente los ministros son para asumir responsabilidades políticas por lo que ocurre en su sector, y si lo visto la semana pasada no ameritaba una destitución o una censura, pues mejor apaguemos la luz y vayámonos todos.

Era evidente que el Congreso y en especial los legisladores que autorizaron en viaje a Estados Unidos de la mandataria, estaban en su derecho de pedir explicaciones y eventualmente censurar a la embajadora Gervasi, pues a ellos se les indicó textualmente que habría una “reunión bilateral” con Biden, la cual nunca se dio, salvo un encuentro informal por los pasillos de la Casa Blanca.

El Ministerio de Relaciones Exteriores tiene que volver a ser una entidad de prestigio y motivo de orgullo para los peruanos, no lo que hemos visto la semana pasada o, peor aún, lo vivido durante el infame régimen de Pedro Castillo, en que hasta se nombró a un pistolero y dinamitero como canciller. ¿Habrá un cambio con el nuevo jefe de Torre Tagle?