En nuestro editorial del 6 de noviembre último dimos cuenta de una campaña contra la violencia hacia la mujer en todas las ediciones de Correo. “Asumimos el compromiso de luchar contra esta forma de maltrato y discriminación física y emocional, que es una tarea de todos”, dijimos.

Por eso hoy debemos levantar la voz ante expresiones tan procaces, agresivas y sexistas contras las mujeres de parte del conductor y los panelistas del programa deportivo “A presión”, que se transmite vía las redes sociales.

Todo comenzó cuando en el programa se exhibió una pregunta  claramente ofensiva y agraviante hacia las mujeres venezolanas, para luego iniciar un debate vergonzoso entre los panelistas. El conductor, en un intento de minimizar la gravedad de la situación, afirmó que se trataba de una broma que se salió de control.

Es imperativo destacar que no hay espacio para bromas que desencadenen la denigración y la normalización de la violencia contra las mujeres, especialmente en un país que enfrenta cifras alarmantes en este sentido. La misoginia y la discriminación no deben ser toleradas ni justificadas en ningún ámbito, y mucho menos en espacios mediáticos que tienen la responsabilidad de modelar conductas y actitudes.

Este tipo de expresiones machistas y discriminatorias no solo perpetúan estereotipos dañinos, sino que también contribuyen a crear un ambiente hostil y peligroso para las mujeres. La trivialización de la violencia de género mediante el disfraz de “broma” es inaceptable y contraproducente en la lucha por construir una sociedad más igualitaria y respetuosa.

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