Todas las regiones del Perú tienen representantes congresales que han protagonizado noticias lamentables, historias de sueldos “mochados” o trabajadores “fantasmas”. Ha sido una repetición terrible en cada periodo congresal. En La Libertad, la última protagonista de una de estas historias (aunque aún por confirmarse su culpabilidad) es la parlamentaria apepista Magaly Ruiz. Su caso, ahora en investigación, ha vuelto a traernos a la memoria pasados y no tan pasados casos de parlamentarios que hicieron de las suyas y terminaron envueltos en escándalos.

En diciembre del año 2013 el entonces congresista liberteño Michael Urtecho fue destituido por apropiarse de parte del sueldo de los trabajadores de su despacho. A 7 de ellos les inducía presuntamente a darle parte de su sueldo para contratarlos. Urtecho había llegado al Congreso como símbolo de la superación para las personas con discapacidad, pero terminó siendo acusado en los tribunales en un caso que hasta hoy está pendiente de sentencia. La fiscalía pide 24 años de prisión para él y 22 años para su cónyuge, Claudia Gonzales, también implicada.

Distinto –aunque no tanto- fue el caso de la excongresista aprista Tula Benites. Ella fue denunciada por la contratación de un trabajador “fantasma”, es decir, alguien que nunca acudió a cumplir ninguna función y sin embargo cobraba un sueldo. La parlamentaria liberteña fue desaforada del Congreso, pero terminó siendo absuelta por el Poder Judicial debido a que, según indicó el colegiado, no se pudo acreditar la participación de Benites en la contratación del trabajador. Este hecho llevó a que Tula Benites pida, de modo inaudito, una millonaria indemnización al Congreso.

Lo de Magaly Ruiz apenas ha empezado. Pero dependerá de las pruebas que se presenten para ver si llega a terminar como uno de los casos mencionados. Si se confirma, desde luego, será una nueva vergüenza nacional.

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