Según cifras oficiales de MINCETUR, las exportaciones peruanas del 2023 fueron alrededor de US$ 65,000 millones, un crecimiento del 1.1% frente a los US$ 63,642 millones del 2022, cifra superior a la esperada gracias al buen momento por el que atraviesan los precios de los minerales en el mercado internacional.

Sin embargo, para el sector pesquero, el 2023 fue un año para olvidar. Efectivamente, los factores climáticos y la ausencia de oportunidad y sentido de urgencia en la atención a las necesidades del sector, pusieron en riesgo su supervivencia. La zona sur del litoral se mantiene cerrada desde julio hasta la fecha por razones que no comprendemos; y sólo se llegó a realizar una magra segunda temporada de pesca en la zona centro norte del país, lo que llevó a que las exportaciones tradicionales de harina y aceite de pescado sean tan solo de US$ 1,140 millones, una reducción de más del 52% en relación a los US$ 2,390 millones del año 2022. Por ello, es fundamental entender la dinámica del sector pesquero, donde las decisiones se deben tomar técnica y oportunamente; como la apertura a tiempo de las temporadas de pesca de anchoveta, asignación de las cuotas de jurel y caballa, revisión de la situación de la zona sur del país, que año tras año viene generando pérdidas millonarias y perjudicando a miles de pescadores, empresas pesqueras, micro y pequeñas empresas proveedoras de la industria; y al país, que deja de percibir ingresos por exportaciones, toda vez que son muchos más los millones de dólares se quedan en el mar, recursos que podrían beneficiar a todos los peruanos.

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