He sido viceministro de Educación durante el gobierno de transición del presidente Paniagua. Aprendí que en caso de gobiernos cortos y con procesos electorales, es conveniente centrarse en algunas prioridades educativas que sean efectivas y pertinentes.

El Minedu debe hacer un balance de la situación del concurso de nombramiento de docentes y directores. Ojo con los evaluadores y las matrices de evaluación de las pruebas nacionales y descentralizadas que liderarán “directores encargados de colegios, así como de funcionarios y especialistas también encargados de UGEL y DRE”. Lógicamente hay que privilegiar los méritos profesionales.

Un tema fundamental es el buen desarrollo del año escolar 2023 para continuar con la recuperación de aprendizajes y el acompañamiento socio-emocional. La RM 474-2022 para el año 2023 es buena, pero hay algunas medidas cuya viabilidad y financiamiento deben revisarse y ajustarse a la realidad. Es bueno el énfasis en la tutoría; sin embargo, es urgente restituir en el Minedu “la Dirección de Tutoría y Bienestar socio emocional”. También se debe revisar y mejorar cuanto antes los requisitos de promoción de grado en la evaluación formativa de los estudiantes.

Debe darse atención urgente a una política efectiva de restitución de locales escolares , así como de mantenimiento preventivo y correctivo de la infraestructura, derivando el financiamiento a los directores de las instituciones educativas. También debe darse la dotación oportuna a los colegios de buenos materiales educativos incluyendo textos, cuadernos de trabajo, así como recursos tecnológicos y digitales

Estas y otras medidas requieren una gestión con una restructuración urgente de los equipos directivos y técnicos del Minedu donde prime la solvencia técnica y ético-moral. Es importante avanzar 3 reformas: la magisterial, la curricular y la universitaria en un contexto de “continuidad y cambio”.