Si para algo sirve la Comisión de Ética del Congreso, sin duda debería procesar y sancionar a la legisladora de Perú Libre Margot Palacios, quien ha estado en Europa lanzando mentiras monumentales que agravian al país y nos deja ante quienes la escuchan, que en verdad son pocos, como si estuviésemos en una tiranía donde militares y policías salen por orden del gobierno a matar y detener a “líderes sociales” y a manifestantes “pacíficos”.

Esto dijo: “Estamos viendo detenciones arbitrarias, violaciones al debido proceso, se viene persiguiendo a los líderes sociales encarcelados, tenemos varios con prisión preventiva. Sabemos que la derecha reprime de esa manera callando a los líderes sociales para que no haya una dirección del pueblo que se moviliza de manera pacífica, no hay acá actos de violencia, no hay daños a la propiedad privada, quien inicia la violencia es el Estado a través de la policía, de los militares”.

Una cosa es tener una ideología y un pensamiento político, por más que este guste o no, y otra es mentir descaradamente, como queda demostrado en el párrafo anterior. Esta señora dice que quienes queman policías, toman aeropuertos y carreteras, apedrean e incendian locales públicos y privados, y rompen veredas para tirar piedras a la autoridad, son “manifestantes pacíficos” y que casi son unas pobres víctimas de autoridades abusivas.

La congresista Palacios no tiene ninguna autoridad para ir por el mundo quejándose de la “dictadura” que según ella existe en el Perú, cuando es una gran admiradora de la brutal tiranía comunista que impera en Nicaragua bajo los sucios zapatos de Daniel Ortega, quien se ha adueñado de su país a punta de reelecciones, tal como soñaba hacer en nuestro país el golpista Pedro Castillo y todos sus cómplices.

El Congreso no se puede quedar cruzado de brazos ante estas mentiras que dañan la imagen del Perú. Si la Comisión de Ética existe y sirve para algo, debe ser precisamente para sancionar conductas como las de la señora Palacios. Vivimos en un país democrático y sin ninguna tiranía como la que quería instaurar Perú Libre. Eso nos permite expresarnos libremente, pero farsas como estas no puede ser aceptadas por ningún Poder Legislativo.

(Palacios) es una gran admiradora de la brutal tiranía comunista que impera en Nicaragua.





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