Mientras el Congreso continúa dilatando el tema del adelanto de elecciones (una postura funcional a su estrategia de desgastar las protestas de la calle y prolongar su gestión hasta el 2026), un paro nacional anunciado para ayer por gremios sindicales no tuvo el respaldo que esperaban los protestantes.

Es cierto que este Perú en crisis necesita paz social para curar sus males, pero también necesita decisiones del Legislativo para acabar con la incertidumbre del “qué pasará mañana”. Si no se concretan las reformas para adelantar los comicios, será muy difícil que se calmen las circunstancias. Si los legisladores ven lejos la condición de urgencia que le atribuye la mayoría de peruanos a las nuevas elecciones, será difícil una solución rápida.

Las justificaciones y pretextos de los congresistas no podrán ocultar las duras realidades. Se dice que más allá de lo que los políticos creen ser, es más importante lo que realmente son para los ciudadanos. Allí está la clave de la responsabilidad histórica de los parlamentarios.

Este desprecio por la lógica de los “padres de la Patria” genera más fragmentación del país y podría dar a los extremistas y violentos un terreno más fértil para sus actos. Por supuesto, estas respuestas del Congreso suceden desde siempre y van a seguir existiendo mientras haya políticos a los que les importa más cuidar sus bolsillos y sus privilegios que atender las demandas de la mayoría.

TAGS RELACIONADOS