Junto al despelote político, que ha enlutado a todo el país con los muertos y heridos registrados en las multitudinarias marchas contra el inefable Manuel Merino, también estamos viendo la sinvergüencería en su máxima expresión, dibujada en el rostro de los líderes cuyas bancadas respondieron a sus mezquinos intereses y apuraron la vacancia presidencial a sabiendas de que las elecciones están a la vuelta de la esquina.

Primero recordemos qué grupos apoyaron el derrocamiento de Martín Vizcarra en un juicio político que no contempló las investigaciones del Ministerio Público: Acción Popular, Alianza para el Progreso, Fuerza Popular, Unión por el Perú, Podemos Perú, Somos Perú y el Frepap. “Y tienen el cuajo (los líderes) de aspirar a la presidencia. No olvides sus caras cuando vayas a votar. También tienen las manos manchadas de sangre”, dice la colega Maritza Espinoza.

Estamos hablando, en primer término, de César Acuña y Keiko Fujimori. Lo que no entienden es que su lamento por los fallecidos y el pedido de renuncia de Merino a Palacio, vía Twitter, les sumó más anticuerpos. Y ahí tienen la respuesta: son tendencia, pero para fustigar su accionar de dos cañones. En buena cuenta, mejor se defienden calladitos, al igual que “Vitocho” y los otros que ven al Estado como su botín.

Hablar de Antauro Humala, los Luna (que buscan tumbarse a la Sunedu) y el mismo pescadito, que nada en la nada, es como gastar pólvora en gallinazo. Y quienes están como pez en el agua son Guzmán, Forsyth y Ollanta, que hasta madrugaron para sentar presencia como candidatos al 2021.

Se fue Merino y su sucesor no debe hipotecar su gestión a los hambrientos caprichos de los congresistas. El pueblo está muy vigilante.